“LA MÁS GRANDE
OPORTUNIDAD PERDIDA”
Mensaje basado
en el relato de:
S. Mateo 19.16-22, S. Marcos 10:17-22 y S. Lucas 18:18-23.
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a historia de este personaje está registrada en tres de los
cuatro evangelios, y aunque parezca para
algunos lectores bíblicos, una repetición innecesaria de la historia de esta historia , no lo es.
Dios tuvo un propósito, maravilloso, al inspirar al
escritor bíblico para incluir en el evangelio un evento o una historia como en
este caso.
El evangelio según San Juan en el capítulo 21:25 dice:
“Y hay también otras muchas cosas que
hizo Jesús, las cuales si se escribirían una por una, pienso que ni aún en el mundo cabrían en los libros que se habría de escribir”. Por
eso creo, firmemente, que lo que se escribió son las cosas más importantes, y si un evento o una historia se repiten es
porque es de mucha importancia y contiene enseñanzas de vida eterna.
Cada autor bíblico agrega un detalle adicional para conocer
más de cerca a los personajes que interactúan de una manera muy especial en la
historia aquí registrada.
Por ejemplo el evangelio según S. Mateo dice:” Un joven
vino a Jesús” No sabemos quién era este joven, pero lo que sí nos dice, es que
era un joven no era ningún anciano o un niño, era un joven.
Cuando leemos el relato de Marcos, él añade diciendo que
este joven era de una clase social alta,
era un gobernante, una gran autoridad en aquella ciudad; quizá un gran
administrador o un gran líder político.
¡Oh amigos queridos! Cuanta alegría siento cuando gente que
tiene muchas posesiones, gente adinerada, gente millonaria se compromete con el evangelio. Porque esto
casi nunca sucede.
Para ellos, el Dios del cielo es sólo un pensamiento en sus vidas, Dios es sólo una figura en la
pared, Cristo es sólo un crucifijo que llevan en su cuello, pero nunca es el
Dios personal que mora en sus corazones.
Para los adinerados
hay cosas mucho más importantes que el evangelio, es con el evangelio con lo
que menos quieren comprometerse.
Su verdadero dios es el dinero, su dios son las comodidades que el dinero brinda.
Sí para seguir a Dios y vivir el evangelio hay que
renunciar a todo lo que el dinero y sus encantos brindan, ellos prefieren dar la espalda al Dios del evangelio y
deciden por el dinero y las cosas terrenales.
Sin embargo en la historia que estamos analizando,
contrariamente a todo esto encontramos a
un joven adinerado que fue a Jesús, Sabes ¿por qué? Porque, el dinero no es todo lo que necesitamos, en
esta vida, para ser felices.
He conocido a mucha gente que abandona la iglesia pensando:
lo que más necesito es el dinero y que ya habrá tiempo para la religión.
Hoy tienen la casa
de sus sueños, hoy tienen la carrera de sus sueños, la tienda comercial de sus
anhelos, pero no son felices.
La esposa lejos de Dios, el esposo lejos de Dios, qué
lecciones cristianas podrían dar a sus hijos y como consecuencia de ello, los
hijos crecieron desobedientes, sin
reverencia al creador, sin valores, sin
Dios y sin esperanza en este mundo que
moralmente va de mal en peor.
El propósito de este mensaje es mostrar que sin Cristo nada somos y sin él, en nuestra vida, nada tiene sentido.
Por ésta razón trascendental, aquí encontramos a un
alto gobernante viniendo a Jesús. Pero muchos van tras Jesús
cuando todo está perdido, cuando no hay más solución.
Porque cuando todavía pensamos que hay solución procuramos
encontrarla, cuando todavía podemos remediar la situación, pensamos, para qué
Dios si yo puedo hacerlo.
Pero el tiempo pasa y un día nos damos cuenta que nada de
lo que hacemos mejorará la situación y que todo lo que se hace solo da una
solución temporal al problema y finalmente descubrimos que todo está perdido, y
es allí cuando vamos a Jesús.
Un día golpeado por la vida, con la dignidad perdida, con
el corazón doliente recurrimos a Jesús.
Muchos dolores de conciencia, muchas frustraciones, grandes
fracasos y decepciones se hubieran ahorrado el ser humano, si hubiese puesto a
Jesús en primer lugar. Pero muchas veces pensamos en Jesús como último recurso.
En medio de nuestro
orgullo Dios permite que en nuestras vidas algo salga mal para que en medio de
nuestra impotencia de no poder resolver nuestros problemas recurramos a Jesús.
Muchas veces heridos y cansados de luchar y no poder más
venimos a Jesús, quien siempre está con los brazos abiertos esperando nuestro
llegar. (¡Qué bueno que viniste hoy!
¡Qué bueno que estas leyendo estas líneas! )
Saben ¿Porqué vino este joven adinerado a Jesús? porque
cargaba en su vida una gran tragedia, un gran dilema. Toda su vida había sido
una búsqueda constante de la salvación, y un día se dio cuenta que estaba
perdido.
Durante toda su existencia había escuchado que la salvación
se ganaba por obras y trató de cumplir al pie de la letra lo que los dirigentes
de su religión le imponían. Pero un día se dio cuenta que todo lo que hacía era
solo resultado de su esfuerzo diario y no fruto de una relación de amor con
Dios.
Los dirigentes se
tomaron todo el tiempo para explicarle
las normas, los reglamentos y se olvidaron de mostrarle el verdadero
amor a Dios.
Un día cansado de buscar la salvación por medio de las
obras, se dio cuenta que si esto era así y todo lo que habría logrado en su
conducta, era producto de su esfuerzo, algún día las fuerzas humanas no le
darían más y si quebrantase una de las normas entonces estaría perdido para
siempre.
Este joven vio que
todo lo que cumplía era fruto quizá también del miedo, del temor a perderse.
Yo me pregunto, este joven ¿era feliz así? No, claro que
no.
Porque la vida cristiana no es una vida de miedo todo lo
contrario; la vida cristiana es una hermosa relación de amor con Dios y fruto
de esa maravillosa relación, nace en mi vida un deseo feliz de obedecer su
santa ley.
Pues ¿cómo puedo
desobedecerle al Dios que amo con todo mi corazón?
La vida del joven de esta historia no era así. Quizá muchas
veces acostado en su cama en un momento solitario pensaba, yo creo que los
salvados deben ser felices, pero yo no soy feliz, vivo con el temor, llevo una
religión del miedo, cumplo todo, obedezco todo, pero no soy feliz, ¿será que
estoy perdido? Y este sentimiento lo llevó a una gran desesperación.
Yo pregunto ¿será
posible estar en la iglesia y estar
perdido? ¿Será posible ser dirigente de iglesia, miembro de la junta y estar
perdido?
Un día me di cuenta que si era posible. En cierta ocasión
colportando en Cajamarca prediqué en un
culto de noche en una pequeña iglesia sobre el amor de Dios y su poder
perdonador.
Al día siguiente, cuando me
disponía visitar un pueblo cercano cargue mi caja de libros, en ese
momento apareció un joven cuyo rostro había visto en la noche anterior en
la iglesia, me ofreció su ayuda y yo acepté
cordialmente, mientras caminábamos me preguntó. Hermano la salvación ¿es
condicional? Yo quise responderle inmediatamente,
pero me quede mirándole y le pregunté ¿por qué? y el cambio su semblante y con
un rostro triste me dijo: si es condicional yo estoy perdido.
La enfermedad que yo
llevo no es producto, como dicen los doctores de la vida trabajosa que llevo sino,
porque yo cometí algo que nadie sabe. Pues a pesar que yo sabía que estaba mal
yo lo hice, sabe hermano ese peso de culpa hace que nada de la medicación me
ayude.
Y lo que más me desespera es saber que nunca más estaré entre lo
redimidos, porque estaré perdido para siempre.
Este era el drama desesperante del joven que fue a Jesús
aquel día.
Un día en medio de su desesperada situación escuchó hablar
de Jesús, las personas que habían oído a
Jesús predicar le dijeron: Que las palabras de Jesús eran palabras de vida
eterna.
En su corazón renació la esperanza y procuró ver quién era el Jesús, de quien muchos
comentaban.
Pero cuando vio a Jesús
ni siquiera quiso acercarse, porque era verdad, que se sentía perdido.
Pero en su concepto Jesús (quien hablaba palabras de vida eterna) debería
ser y juntarse con gente adinerada como
él, con gente moralmente buena, debería
juntarse con gente importante, con gente honorable.
Pero todo lo contrario Jesús casi siempre estuvo rodeado de
personas que habían sido engañados y tenían muchos errores, gente que había
pecado y venían arrepentidos a Cristo en busca de perdón.
Gente que buscó el triunfo y
que todo lo que habían logrado era
el fracaso, la derrota, y un día ya
cansados de luchar venían a Cristo en busca de nuevos horizontes para su vida.
Había también con
Jesús gente pobre buscando la riqueza
espiritual, había gente humilde, habían cojos, mancos, enfermos, buscando ser
sanados.
Y cuando el Joven rico
vio todo esto, dijo: No, se decepcionó y
no quiso acercarse más a Jesús, él sabía
que la solución estaba en Jesús
pero su orgullo no le permitía.
Por dentro la
desesperación de su corazón lo destruía pero no era capaz de entregarse. Quizá pensaba, ¿Cómo
yo me voy a mesclar con esa clase de gente?, no es posible.
Es posible que esté escribiendo
para alguien que tiene el mismo drama, sabes que tienes que correr a los brazos
de Jesús, pero tu razón humana dice que eso no es para gente como tú.
Pero yo te pregunto:
Qué importa tener todo lo que tienes sí al final de cuenta estas perdido o
cuanto interesa tener todo lo que hay en casa, en el banco, o las acciones que
tienes en la bolsa de valores. Si no hay felicidad ni paz en tu corazón.
Este joven permaneció lejos de Cristo no quiso
acercarse oyó el mensaje esa mañana pero de lejos.
Ahora quiero que me acompañen a ver el texto
bíblico en S. Marcos 10:13-16, para ver que sucedió antes del encuentro de este joven con Jesús. Si ustedes ven, es la bendición de Jesús
a los niños, niños quienes en la
mente de los judíos no eran
considerados parte de la estadística.
Pero para Jesús cada ser humano es único e importante, no
importa si es un bebe recién nacido o un niño un joven con muchas habilidades o
un anciano. Todos somos importantes para Jesús
y el nos ama a todos por igual.
Seguramente aquella
mañana este joven vio como Jesús con que
amor abrazaba los niños y este acto de amor conmovía su corazón.
La comentarista Elena
de White dice, que ese maravilloso acto de amor de Cristo por los niños tocaba
fuertemente su corazón, y sentía la necesidad de entregarse, La situación de su
corazón pedía que acepte a Jesús. Pero al ver las personas que
rodeaban a Jesús se negaba a entregar su corazón.
Su razón humana le
decía: ¿Cómo te vas a entregar? ¿Cómo te vas juntar con esa clase de gente? Tú
eres mucho más que ellos, tú eres un gobernante, tú tienes estudio, un
doctorado, no puedes, que va a decir tu familia, que van a pensar tus amigos.
Pero su corazón clamaba a gritos diciendo de que vale todo
eso si estoy perdido.
Esa mañana Jesús predicó y como hoy mucha gente lo
escuchaba, muchas lo aceptaron y
nacieron para nueva vida. Pero éste joven estaba sufriendo allá lejos, Jesús
vio a este joven sufriendo en su corazón, pero no fue a obligarlo no, es que Cristo nunca obliga a nadie sólo
espera que tú lo aceptes y le digas Señor quiero que entres en mi vida. Hoy tú puedas tomar esa grande decisión, una
decisión que podrá cambiar tú vida.
Yo me imagino que aquella mañana muchas personas fueron transformadas.
Muchos encontraron un nuevo rumbo para sus vidas, muchos enterraron su pasado y
tomaron nuevos horizontes.
Pero este joven quedo allí parado sufriendo con la vida triste y vacía como
antes, todos se abrazaban de alegría, todos estaban felices, pero allá al fondo
había un rostro triste y pálido de
quien no pudo esa mañana decirle
si a Jesús.
Dice el evangelio según S. Marcos 10:17 al salir él (Jesús)
para servir su camino. Sabes, Jesús se levantó para irse. Y con Cristo se
estaba yendo su gran oportunidad, quien
sabe la última oportunidad de su vida y
en ese instante él no pudo más.
Porque esa mañana
Jesús había ido a esa ciudad por él, predicó porque ese joven estaba sufriendo.
Y hoy Jesús llegó
hasta este lugar, porque Dios te conoce
y sabe que tú necesitas de Dios para ser feliz, vino para que entiendas
que no hay mejor camino que seguir su voluntad.
En ese momento y al borde de la angustia. La historia
registrada por San Marcos menciona que
aquel joven vino corriendo a Jesús. Pero te has preguntado ¿cuando corre
el ser humano? ¿Cuándo todo está bien? No,
claro que no, el ser humano corre cuando hay una emergencia, cuando todo
está mal, cuando algo terrible está sucediendo, esta era la vida que llevaba
aquel joven, una vida vacía, triste y desesperada.
En esa situación vino a Jesús, dice la escritura se postró,
besó con su frente el polvo, arrodillado, me imagino con lágrimas en los
ojos le dijo: Señor ¿Qué debo hacer para ser salvo?
En otras palabras dijo: Señor estoy perdido, Señor ¿qué debo hacer para ser
salvo? No soy feliz, me siento mal Señor, ¿Qué debo hacer para ser salvo?
Estoy escribiendo estas líneas y es posible que hoy haya
alguien que al igual que este joven se siente perdido lejos de Dios y de su
iglesia.
O estaré escribiendo para un esposo que no logra
controlarse y ha herido muchas veces a su esposa, ha destruido los sentimientos
de sus hijos, o para una madre que no sabe ¿Cómo educar a sus hijos? y
desesperado esta noche se pregunta ¿Qué debo hacer para ser una mejor madre?
¿Qué debo hacer para ser un mejor esposo? ¿Qué debo hacer para ser un mejor
maestro?, ¿Un mejor alumno?, ¿Un mejor hijo?, una mejor persona? ¿Qué debo
hacer? Este es el gran drama del ser humano.
Jesús miró a ese joven desesperado y le dijo: “Guarda los
mandamientos”. Sin embargo ya escuché a muchos predicadores, mencionar que los
mandamientos de Dios y que su leyes ya pasaron y que hoy estamos en otro
tiempo. Todo este concepto no tiene base ni fundamento bíblico. Porqué la Biblia que es la palabra de Dios dice que
su ley es santa, justa y buena que
convierte al alma.
Sabes mi querido amigo hoy quiero decirte que los
mandamientos de Dios no son una lista de prohibiciones. No, los 10
MANDAMEINTOS, son líneas que delimitan el camino de tu vida con el único
propósito que tu existencia en este mundo sea una bendición.
Porque cuando Dios dice ¡No! Es porque si hacemos lo
contrario destruirás tu felicidad, Dios es nuestro padre y tú como padre
negarías algo que estás seguro que haría
bien a tu hijo, no, y por supuesto que no. Del mismo modo Dios solo te orienta,
a no hacer las cosas que él sabe que
te destruirán y te invita a realizar las
cosas que contribuirán a una vida llena de paz y de felicidad con Dios y con
tus semejantes.
Obedecer los ordenanzas
del Señor solo nos traerá felicidad, bendición y desobedecerlas nos ocasionará
problemas, infelicidad, destrucción y finalmente la muerte.
Es por esto que Cristo le dijo a este joven, guarda los
mandamientos, pero el joven miró a Jesús y le dijo Señor ¿Qué más me falta?
Quizá este joven vino a Jesús trayendo un libreto de
apuntes, pensó que Cristo le daría una lista de tareas y rituales diarios,
Jesús vio a este joven, lo conocía muy bien sabía lo que le
agobiaba, conocía su desesperación, y vio que era un joven triste y vacío.
He encontrado a muchas personas que me dicen hermano que
debo hacer, que me falta, mire hermano yo hago esto, yo hago lo otro y mi
familia no es feliz yo he dado todo para que las cosas mejoren, he comprado
muchas cosas que antes no teníamos, pero cada vez que lleno más mi casa con
cosas siento más vacía mi vida. Hermano
muchas veces he estado rodeado de michas personas, pero aun así me he sentido
solo.
Del mismo modo este joven fue Jesús con un gran inquietud,
que mas me falta, que debo otra cosa me falta hacer, que debo sumar a mi vida.
En este momento te digo, no necesitas sumar nada más.
Ahora leamos San Marcos 10:21 Leamos “Entonces Jesús mirando lo amó”,
Jesús lo miro con amor.
Amigos si de algo estoy convencido y estoy muy contento, es
que por que estemos perdidos, como este joven que estaba perdido, perdido en su
mundo de preguntas sin tener respuestas, estaba perdido en la ignorancia de un
Dios de amor, pero así como estaba perdido Dios lo amó.
Jesús lo miró, y aquella mirada no era de condenación, no
era de rechazo o de desprecio, aquella era una mirada llena de amor.
Esta mañana Dios te mira, el conoce tu pasado, conoce tu presente conoce y conoce tu futuro, conoce
tus sufrimiento, conoce los errores de tu vida, pero en este momento, Dios te
mira y no te juzga, te mira con amor.
Te mira y te dice TE AMO, porque Dios es un padre de amor,
para Dios no importa si eres alto o si eres bajo, si eres rico o eres pobre, si
tienes un grado universitario o no lo tienes.
Si tienes mucho o si tienes menos que los demás, porque
Dios nos ama somos iguales para él. Y aquella mañana Dios miró aquel joven con
amor y hoy Dios te mira con amor.
Jesús vio en este joven no una persona más, sino a
un ser humano único, desesperado, buscando refugio para el drama que estaba
viviendo. Y en ese momento hizo lo mejor que podía y fue amarlo.
Puede ser que nadie te ame, tus padres no te aman, tus
hijos no te amen, la sociedad entera no te ama. Pero Dios te ama como no tienes idea.
En este momento Jesús te mira, conoce tu corazón sabe el
drama de tu vida, sabe que muchas veces eres rebelde a la voluntad de Dios, pero
aun así te extiende una mirada llena de amor.
Después de mostrarle su amor Cristo, le dijo hijo mío tu no
eres feliz porque tú no me amas, si tú me maras serias muy feliz.
Yo me imagino que los ojos de este joven aquella mañana se
abrieron impresionados por el inmenso amor divino. Y Jesús continuó hablando con el y le dijo
¿Sabes por qué no me amas verdaderamente? Y el miro para ver que es lo que no
le permitía amar a Jesús de corazón, y Jesús le dijo es tu dinero.
Por eso Jesús le dijo: “anda vende todo lo que tienes y
dale a los pobres y ven y sígueme.”
La historia dice que al oír esto este joven se puso muy
triste dio la espalda a cristo y se fue, aquella mañana, este joven estaba perdiendo
la más grande oportunidad de su vida.
El tiempo pasó Jesús siguió su camino, con el corazón
triste, quizá con lagrimas en sus ojos, pues se estaba perdiendo, un joven que
esa mañana podía haberse salvado.
Un viernes de tarde Jesús había subido la montaña del
Gólgota y pendía de un cruz con los brazos abiertos. Crucificado entre ladrones
y malhechores, y desde allí otra vez miro a la humanidad con amor.
Cuando era niño siempre me preguntaba, porque Jesús murió
con los brazos abiertos, hasta que un día alguien me explico que así era la
crucifixión romana. Pero cuando fui creciendo, entendí que había una razón más
contundente, para que Jesús haya muerto así.
Porque Jesús mientras aun
vivía, llamó a la gente de su
tiempo a arrepentirse, mientras Jesús vivía sano a los enfermos, con el único propósito que
las personas vendrían a él. Pero hubo muchas personas que nunca vinieron
mientras Jesús sanaba mientras él predicaba. Nunca vinieron a él nunca le
aceptaron.
Por esto un día Jesús subió el monte calvario y murió con lo brazos abiertos
para decir lo siguiente: si en toda m i vida en esta tierra, si todo lo que
hice no te convenció de que te amaba, hoy muero y aun no te veo venir, yo soy
consiente y se que aun no has venido, pero hoy muero con los brazos abiertos, porque
sé que aun cuando este muerto, tu vendrás.
Yo no se si ya has tardado tanto, yo no sé si ha pasado el
tiempo, y piensas que has perdido todas las oportunidades, pero quiero decirte
que no, porque Dios todavía está con los brazos abiertos esperando tu llegar.
Jesús se acercó de este joven y le dijo: Hijo TE AMO,
La sociedad entera no nos puede amar, nuestros padres nos
pueden criticar por nuestros errores, la vecindad nos puede desechar, todos no
pueden rechazar, pero Dios no nos rechaza él nos ama.
Por eso la palabra dulce de los labios de cristo fuer “el
que a mí viene no lo hecho fuera”
Estaré escribiendo para a quien que se pregunta, qué falta en mi vida. Quizá como este joven te preguntas
¿Qué me falta para lograr la vida eterna?
Yo te pregunto ¿Qué te está faltando para ser un ser humano
completamente feliz? ¿Te estás preocupando? Sí, y eso es porque Dios te está
llamando en este momento te estas
preocupando, Si en este momento tu conciencia siente algo no es porque alguien
escribió un líneas bonitas, es porque Dios te está llamando.
Y Dios te ha dado una nueva oportunidad,
Quizá mientras andábamos en nuestros malos caminos,
podríamos haber muerto; pero Dios en su inmenso amor nos protegió y con su Ángel
nos cuidó, y hoy nos ha traído aquí
porque Dios sabe que tú necesitas de salvación, que así como yo como tus todos
necesitamos de su perdón.
En este momento quiero hacerte una invitación muy especial,
quisieras decirle en tu corazón, señor yo quiero que entres en mi vida.
Quizá este escribiendo para alguien que se apartó del
señor, y hoy quieres decirle señor ayúdame a regresar a tus caminos.
Quizá eres un joven una señorita, que desea dejar el mundo
y sus malos hábitos para caminar con Cristo hacia el cielo, y esta mañana
quieres decirle señor, ayúdame a renunciar este mundo y sus deseos.
Quizá este escribiendo para alguien que ya cometió tantos
errores, ya prometió a Dios a muchas veces, pero siempre falló y hoy estas aquí y quizá en
tu corazón lleno de tristeza y vergüenza, no quieres ya pedir nada, en este
momento te digo: Dios te conoce, y sabe como te sientes, acércate confiadamente al trono de su gracia,
que él te recibirá y su perdón te dará, porque el te ama.
Yo no sé qué errores haya en tu vida, Qué pecado ocultos haya
dentro de ti, no sé, cuán culpable te sientes en este momento. Sólo sé que Dios
te ama.
Y si en este momento tu le abres el corazón el entrará y dará
un nuevo comienzo, una nueva vida con las nuevas metas, con nuevos horizontes,
con nuevas expectativas.
Quisieras que Dios tome el control de tu vida, Quisieras
que Dios entre en tu corazón.
Si esa es tu
decisión allí donde estás eleva a Dios una oración y dile: Señor gracias por
darme a entender que tú me amas, perdóname por todo lo malo que he hecho ante
ti, y ayúdame a vivir como tu quieres y como a ti te agrada, en el nombre de
Jesús, amen.
Que Dios te dé su bendición abundante mente.
Caleb Cachay Acuña
hola caleb de verdad exelente el tema es un bendicion a veces nos sentimos perdidos pero se que Dios nos ama y este tema me ayudara a acercarme mas a Dios.
ResponderEliminarexitos amigo Dios te bendiga
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