domingo, 4 de noviembre de 2012



LA MÁS GRANDE
 OPORTUNIDAD PERDIDA”


                            Mensaje  basado en el relato de: 
       S. Mateo 19.16-22, S. Marcos 10:17-22 y S. Lucas 18:18-23.





L



a historia de este personaje está registrada en tres de los cuatro evangelios, y aunque parezca  para algunos lectores bíblicos, una  repetición innecesaria  de la historia de esta historia ,  no lo es.
Dios tuvo un propósito, maravilloso, al inspirar al escritor bíblico para  incluir en  el evangelio un evento o una historia como en este caso.
El evangelio según San Juan en el capítulo 21:25 dice: “Y  hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribirían una por una, pienso  que ni aún en el mundo cabrían  en los libros que se habría de escribir”. Por eso creo, firmemente, que lo que se escribió son las cosas  más importantes,  y si un evento o una historia se repiten es porque es de mucha importancia y contiene enseñanzas de vida  eterna.
Cada autor bíblico agrega un detalle adicional para conocer más de cerca a los personajes que interactúan de una manera muy especial en la historia aquí registrada.
Por ejemplo el evangelio según S. Mateo dice:” Un joven vino a Jesús” No sabemos quién era este joven, pero lo que sí nos dice, es que era un joven no era ningún anciano o un niño, era un joven.
Cuando leemos el relato de Marcos, él añade diciendo que este joven  era de una clase social alta, era un gobernante, una gran autoridad en aquella ciudad; quizá un gran administrador o un gran líder político.
¡Oh amigos queridos! Cuanta alegría siento cuando gente que tiene muchas posesiones, gente adinerada, gente millonaria  se compromete con el evangelio. Porque esto casi nunca sucede.
Para ellos, el Dios del cielo es sólo un pensamiento  en sus vidas, Dios es sólo una figura en la pared, Cristo es sólo un crucifijo que llevan en su cuello, pero nunca es el Dios personal que mora en sus corazones.
 Para los adinerados hay cosas mucho más importantes que el evangelio, es con el evangelio con lo que menos quieren comprometerse.
Su verdadero dios es el dinero, su dios son  las comodidades que el dinero brinda.
Sí para seguir a Dios y vivir el evangelio hay que renunciar a todo lo que el dinero y sus encantos brindan, ellos prefieren  dar la espalda al Dios del evangelio y deciden por el dinero y las cosas terrenales.
Sin embargo en la historia que estamos analizando, contrariamente a todo esto  encontramos a un joven adinerado que fue a Jesús, Sabes ¿por qué? Porque, el dinero no es todo lo que necesitamos, en esta vida, para ser felices.
He conocido a mucha gente que abandona la iglesia pensando: lo que más necesito es el dinero y que ya habrá tiempo para la religión.
 Hoy tienen la casa de sus sueños, hoy tienen la carrera de sus sueños, la tienda comercial de sus anhelos, pero no son felices.
La esposa lejos de Dios, el esposo lejos de Dios, qué lecciones cristianas podrían dar a sus hijos y como consecuencia de ello, los hijos crecieron desobedientes,  sin reverencia  al creador, sin valores, sin Dios y  sin esperanza en este mundo que moralmente va de mal en peor.
El propósito de este  mensaje es mostrar que sin Cristo nada somos y sin él, en nuestra vida, nada tiene sentido.
Por ésta razón trascendental, aquí encontramos a un alto  gobernante  viniendo a Jesús. Pero muchos van tras Jesús cuando todo está perdido, cuando no hay más solución.
Porque cuando todavía pensamos que hay solución procuramos encontrarla, cuando todavía podemos remediar la situación, pensamos, para qué Dios si  yo puedo hacerlo.
Pero el tiempo pasa y un día nos damos cuenta que nada de lo que hacemos mejorará la situación y que todo lo que se hace solo da una solución temporal al problema y finalmente descubrimos que todo está perdido, y es allí cuando vamos a Jesús.
Un día golpeado por la vida, con la dignidad perdida, con el corazón doliente recurrimos a Jesús.
Muchos dolores de conciencia, muchas frustraciones, grandes fracasos y decepciones se hubieran ahorrado el ser humano, si hubiese puesto a Jesús en primer lugar. Pero muchas veces pensamos en Jesús  como último recurso.
 En medio de nuestro orgullo Dios permite que en nuestras vidas algo salga mal para que en medio de nuestra impotencia de no poder resolver nuestros problemas  recurramos a Jesús.
Muchas veces heridos y cansados de luchar y no poder más venimos a Jesús, quien siempre está con los brazos abiertos esperando nuestro llegar. (¡Qué bueno que viniste hoy! ¡Qué bueno que estas leyendo estas líneas! )
Saben ¿Porqué vino este joven adinerado a Jesús? porque cargaba en su vida una gran tragedia, un gran dilema. Toda su vida había sido una búsqueda constante de la salvación, y un día se dio cuenta que estaba perdido.
Durante toda su existencia había escuchado que la salvación se ganaba por obras y trató de cumplir al pie de la letra lo que los dirigentes de su religión le imponían. Pero un día se dio cuenta que todo lo que hacía era solo resultado de su esfuerzo diario y no fruto de una relación de amor con Dios.
 Los dirigentes se tomaron todo el tiempo para explicarle  las normas, los reglamentos y se olvidaron de mostrarle el verdadero amor a Dios.
Un día cansado de buscar la salvación por medio de las obras, se dio cuenta que si esto era así y todo lo que habría logrado en su conducta, era producto de su esfuerzo, algún día las fuerzas humanas no le darían más y si quebrantase una de las normas entonces estaría perdido para siempre.
 Este joven vio que todo lo que cumplía era fruto quizá también del miedo, del temor a perderse.
Yo me pregunto, este joven ¿era feliz así? No, claro que no.
Porque la vida cristiana no es una vida de miedo todo lo contrario; la vida cristiana es una hermosa relación de amor con Dios y fruto de esa maravillosa relación, nace en mi vida un deseo feliz de obedecer su santa ley.
Pues  ¿cómo puedo desobedecerle al Dios que amo con todo mi corazón?
La vida del joven de esta historia no era así. Quizá muchas veces acostado en su cama en un momento solitario pensaba, yo creo que los salvados deben ser felices, pero yo no soy feliz, vivo con el temor, llevo una religión del miedo, cumplo todo, obedezco todo, pero no soy feliz, ¿será que estoy perdido? Y este sentimiento lo llevó a una gran  desesperación.
 Yo pregunto ¿será posible estar en la iglesia  y estar perdido? ¿Será posible ser dirigente de iglesia, miembro de la junta y estar perdido?
Un día me di cuenta que si era posible. En cierta ocasión colportando en Cajamarca prediqué  en un culto de noche en una pequeña iglesia sobre el amor de Dios y su poder perdonador.
Al día siguiente, cuando me  disponía visitar un pueblo cercano cargue mi caja de libros, en ese momento apareció un joven cuyo rostro había visto en la noche anterior en la  iglesia, me ofreció su ayuda y yo acepté cordialmente, mientras caminábamos me preguntó. Hermano la salvación ¿es condicional?  Yo quise responderle inmediatamente, pero me quede mirándole y le pregunté ¿por qué? y el cambio su semblante y con un rostro triste me dijo: si es condicional yo estoy perdido.
 La enfermedad que yo llevo no es producto, como dicen los doctores de la vida trabajosa que llevo sino, porque yo cometí algo que nadie sabe. Pues a pesar que yo sabía que estaba mal yo lo hice, sabe hermano ese peso de culpa hace que nada de la medicación me ayude.
Y lo que más me desespera es  saber que nunca más estaré entre lo redimidos, porque estaré perdido para siempre.
Este era el drama desesperante del joven que fue a Jesús aquel día.
Un día en medio de su desesperada situación escuchó hablar de Jesús,  las personas que habían oído a Jesús predicar le dijeron: Que las palabras de Jesús eran palabras de vida eterna.
En su corazón renació la esperanza y  procuró  ver quién era el Jesús, de quien muchos comentaban.
Pero cuando vio a Jesús  ni siquiera quiso acercarse, porque era verdad, que se sentía perdido. Pero en su concepto Jesús (quien hablaba palabras de vida eterna) debería ser  y juntarse con gente adinerada como él, con gente moralmente buena, debería  juntarse con gente importante, con gente honorable.
Pero todo lo contrario Jesús casi siempre estuvo rodeado de personas que habían sido engañados y tenían muchos errores, gente que había pecado y venían arrepentidos a Cristo en busca de perdón.
 Gente que buscó  el triunfo y  que todo lo que  habían logrado era el  fracaso, la derrota, y un día ya cansados de luchar venían a Cristo en busca de nuevos horizontes para su vida.
Había también con Jesús  gente pobre buscando la riqueza espiritual, había gente humilde, habían cojos, mancos, enfermos, buscando ser sanados.
Y cuando el Joven rico vio todo esto,  dijo: No, se decepcionó y no quiso acercarse más a Jesús, él sabía  que la solución  estaba en Jesús pero su orgullo no le permitía.
Por dentro la desesperación de su corazón lo destruía pero  no era capaz de entregarse. Quizá pensaba, ¿Cómo yo me voy a mesclar con esa clase de gente?, no es  posible.
Es posible que esté escribiendo para alguien que tiene el mismo drama, sabes que tienes que correr a los brazos de Jesús, pero tu razón humana dice que eso no es para gente  como tú.
Pero yo te pregunto: Qué importa tener todo lo que tienes sí al final de cuenta estas perdido o cuanto interesa tener todo lo que hay en casa, en el banco, o las acciones que tienes en la bolsa de valores. Si no hay felicidad ni paz en tu corazón.
           Este joven permaneció lejos de Cristo no quiso acercarse oyó el mensaje esa mañana pero de lejos.
 Ahora quiero que me acompañen a ver el texto bíblico en S. Marcos 10:13-16, para ver que sucedió  antes del encuentro de este joven con Jesús.     Si ustedes ven, es la bendición  de Jesús  a los niños, niños quienes en la  mente de los judíos  no eran considerados parte de la estadística.
Pero para Jesús cada ser humano es único e importante, no importa si es un bebe recién nacido o un niño un joven con muchas habilidades o un anciano. Todos somos importantes para Jesús  y el nos ama a todos por igual.
Seguramente  aquella mañana este joven vio como Jesús  con que amor abrazaba los niños y este acto de amor conmovía su corazón.
 La comentarista  Elena  de White dice, que ese maravilloso acto de  amor de Cristo por los niños tocaba fuertemente su corazón, y sentía la necesidad de entregarse, La situación de su corazón  pedía que  acepte a Jesús. Pero al ver las personas que rodeaban a Jesús se negaba a entregar su corazón.
 Su razón humana le decía: ¿Cómo te vas a entregar? ¿Cómo te vas juntar con esa clase de gente? Tú eres mucho más que ellos, tú eres un gobernante, tú tienes estudio, un doctorado, no puedes, que va a decir tu familia, que van a pensar tus amigos.
Pero su corazón clamaba a gritos diciendo de que vale todo eso si estoy perdido.
Esa mañana Jesús predicó y como hoy mucha gente lo escuchaba, muchas lo aceptaron  y nacieron para nueva vida. Pero éste joven estaba sufriendo allá lejos, Jesús vio a este joven sufriendo en su corazón, pero no fue a obligarlo no,  es que Cristo nunca obliga a nadie sólo espera que tú lo aceptes y le digas Señor quiero que entres en mi vida.  Hoy tú puedas tomar esa grande decisión, una decisión que podrá cambiar tú vida.
Yo me imagino que aquella mañana muchas personas fueron transformadas. Muchos encontraron un nuevo rumbo para sus vidas, muchos enterraron su pasado y tomaron nuevos horizontes.
Pero este joven quedo allí parado  sufriendo con la vida triste y vacía como antes, todos se abrazaban de alegría, todos estaban felices, pero allá al fondo había un rostro triste y pálido de  quien  no pudo esa mañana decirle si a Jesús.
Dice el evangelio según S. Marcos 10:17 al salir él (Jesús) para servir su camino. Sabes, Jesús se levantó para irse. Y con Cristo se estaba yendo  su gran oportunidad, quien sabe  la última oportunidad de su vida y en ese instante él no pudo más.
 Porque esa mañana Jesús había ido a esa ciudad por él, predicó porque ese joven estaba  sufriendo.
 Y hoy Jesús llegó hasta este lugar, porque Dios te conoce  y sabe que tú necesitas de Dios para ser feliz, vino para que entiendas que no hay mejor camino que seguir su voluntad.
En ese momento y al borde de la angustia. La historia registrada por San Marcos  menciona que aquel joven  vino corriendo  a Jesús. Pero te has preguntado ¿cuando corre el ser humano? ¿Cuándo todo está bien? No,  claro que no, el ser humano corre cuando hay una emergencia, cuando todo está mal, cuando algo terrible está sucediendo, esta era la vida que llevaba aquel joven, una vida vacía, triste y desesperada.
En esa situación vino a Jesús, dice la escritura se postró,  besó con su frente el polvo,  arrodillado, me imagino con lágrimas en los ojos le dijo: Señor ¿Qué debo hacer para ser salvo?
En otras palabras dijo: Señor  estoy perdido, Señor ¿qué debo hacer para ser salvo? No soy feliz, me siento mal Señor, ¿Qué debo hacer  para ser salvo?
Estoy escribiendo estas líneas y es posible que hoy haya alguien que al igual que este joven se siente perdido lejos de Dios y de su iglesia.
O estaré escribiendo para un esposo que no logra controlarse y ha herido muchas veces a su esposa, ha destruido los sentimientos de sus hijos, o para una madre que no sabe ¿Cómo educar a sus hijos? y desesperado esta noche se pregunta ¿Qué debo hacer para ser una mejor madre? ¿Qué debo hacer para ser un mejor esposo? ¿Qué debo hacer para ser un mejor maestro?, ¿Un mejor alumno?, ¿Un mejor hijo?, una mejor persona? ¿Qué debo hacer? Este es el gran drama del ser humano.
Jesús miró a ese joven desesperado y le dijo: “Guarda los mandamientos”. Sin embargo ya escuché a muchos predicadores, mencionar que los mandamientos de Dios y que su leyes ya pasaron y que hoy estamos en otro tiempo. Todo este concepto no tiene base ni fundamento bíblico. Porqué  la Biblia que es la palabra de Dios dice que su  ley es santa, justa y buena que convierte al alma.
Sabes mi querido amigo hoy quiero decirte que los mandamientos de Dios no son una lista de prohibiciones. No, los 10 MANDAMEINTOS, son líneas que delimitan el camino de tu vida con el único propósito que tu existencia en este mundo sea una bendición.
Porque cuando Dios dice ¡No! Es porque si hacemos lo contrario destruirás tu felicidad, Dios es nuestro padre y tú como padre negarías algo que estás seguro  que haría bien a tu hijo, no, y por supuesto que no. Del mismo modo Dios solo te orienta, a no hacer las cosas  que él sabe que te  destruirán y te invita a realizar las cosas que contribuirán a una vida llena de paz y de felicidad con Dios y con tus semejantes.
Obedecer  los ordenanzas del Señor solo nos traerá felicidad, bendición y desobedecerlas nos ocasionará problemas, infelicidad, destrucción y finalmente la muerte.
Es por esto que Cristo le dijo a este joven, guarda los mandamientos, pero el joven miró a Jesús y le dijo Señor ¿Qué más me falta?
Quizá este joven vino a Jesús trayendo un libreto de apuntes, pensó que Cristo le daría una lista de tareas y rituales diarios,
Jesús vio a este joven, lo conocía muy bien sabía lo que le agobiaba, conocía su desesperación, y vio que era un joven triste y vacío.
He encontrado a muchas personas que me dicen hermano que debo hacer, que me falta, mire hermano yo hago esto, yo hago lo otro y mi familia no es feliz yo he dado todo para que las cosas mejoren, he comprado muchas cosas que antes no teníamos, pero cada vez que lleno más mi casa con cosas siento más vacía mi vida.  Hermano muchas veces he estado rodeado de michas personas, pero aun así me he sentido solo.
Del mismo modo este joven fue Jesús con un gran inquietud, que mas me falta, que debo otra cosa me falta hacer, que debo sumar a mi vida.
En este momento te digo, no necesitas sumar nada más.
Ahora leamos San Marcos 10:21 Leamos “Entonces Jesús  mirando lo amó”, Jesús lo miro con amor.
Amigos si de algo estoy convencido y estoy muy contento, es que por que estemos perdidos, como este joven que estaba perdido, perdido en su mundo de preguntas sin tener respuestas, estaba perdido en la ignorancia de un Dios de amor, pero así como estaba perdido Dios lo amó.
Jesús lo miró, y aquella mirada no era de condenación, no era de rechazo o de desprecio, aquella era una mirada llena de amor.
Esta mañana Dios te mira, el conoce tu pasado, conoce  tu presente conoce y conoce tu futuro, conoce tus sufrimiento, conoce los errores de tu vida, pero en este momento, Dios te mira y no te juzga, te mira con amor.
Te mira y te dice TE AMO, porque Dios es un padre de amor, para Dios no importa si eres alto o si eres bajo, si eres rico o eres pobre, si tienes un grado universitario o no lo tienes.
Si tienes mucho o si tienes menos que los demás, porque Dios nos ama somos iguales para él. Y aquella mañana Dios miró aquel joven con amor y hoy Dios te mira con amor.

 Jesús  vio en este joven no una persona más, sino a un ser humano único, desesperado, buscando refugio para el drama que estaba viviendo. Y en ese momento hizo lo mejor que podía y fue amarlo.
Puede ser que nadie te ame, tus padres no te aman, tus hijos no te amen, la sociedad entera no te ama. Pero Dios te ama como no tienes idea.
En este momento Jesús te mira, conoce tu corazón sabe el drama de tu vida, sabe que muchas veces eres rebelde a la voluntad de Dios, pero aun así te extiende una mirada llena de amor.
Después de mostrarle su amor Cristo, le dijo hijo mío tu no eres feliz porque tú no me amas, si tú me maras serias muy feliz.
Yo me imagino que los ojos de este joven aquella mañana se abrieron impresionados por el inmenso amor divino.  Y Jesús continuó hablando con el y le dijo ¿Sabes por qué no me amas verdaderamente? Y el miro para ver que es lo que no le permitía amar a Jesús de corazón, y Jesús le dijo es tu dinero.
Por eso Jesús le dijo: “anda vende todo lo que tienes y dale a los pobres y ven y sígueme.”
La historia dice que al oír esto este joven se puso muy triste dio la espalda a cristo y se fue, aquella mañana, este joven estaba perdiendo la más grande oportunidad de su vida.
El tiempo pasó Jesús siguió su camino, con el corazón triste, quizá con lagrimas en sus ojos, pues se estaba perdiendo, un joven que esa mañana podía haberse salvado.
Un viernes de tarde Jesús había subido la montaña del Gólgota y pendía de un cruz con los brazos abiertos. Crucificado entre ladrones y malhechores, y desde allí otra vez miro a la humanidad con amor.
Cuando era niño siempre me preguntaba, porque Jesús murió con los brazos abiertos, hasta que un día alguien me explico que así era la crucifixión romana. Pero cuando fui creciendo, entendí que había una razón más contundente, para que Jesús haya muerto así.
Porque Jesús mientras aun  vivía,  llamó a la gente de su tiempo a arrepentirse, mientras Jesús vivía sano  a los enfermos, con el único propósito que las personas vendrían a él. Pero hubo muchas personas que nunca vinieron mientras Jesús sanaba mientras él predicaba. Nunca vinieron a él nunca le aceptaron.
Por esto un día Jesús subió el  monte calvario y murió con lo brazos abiertos para decir lo siguiente: si en toda m i vida en esta tierra, si todo lo que hice no te convenció de que te amaba, hoy muero y aun no te veo venir, yo soy consiente y se que aun no has venido, pero hoy muero con los brazos abiertos, porque sé que aun cuando este muerto, tu vendrás.
Yo no se si ya has tardado tanto, yo no sé si ha pasado el tiempo, y piensas que has perdido todas las oportunidades, pero quiero decirte que no, porque Dios todavía está con los brazos abiertos esperando tu llegar.
Jesús se acercó de este joven y le dijo: Hijo TE AMO,
La sociedad entera no nos puede amar, nuestros padres nos pueden criticar por nuestros errores, la vecindad nos puede desechar, todos no pueden rechazar, pero Dios no nos rechaza él nos ama.
Por eso la palabra dulce de los labios de cristo fuer “el que a mí viene no lo hecho fuera”
Estaré escribiendo para a quien que se pregunta, qué  falta en mi vida. Quizá como este joven te preguntas ¿Qué me falta para lograr la vida eterna?
Yo te pregunto ¿Qué te está faltando para ser un ser humano completamente feliz? ¿Te estás preocupando? Sí, y eso es porque Dios te está llamando  en este momento te estas preocupando, Si en este momento tu conciencia siente algo no es porque alguien escribió un líneas bonitas, es porque Dios te está llamando.
Y Dios te ha dado una nueva oportunidad,
Quizá mientras andábamos en nuestros malos caminos, podríamos haber muerto; pero Dios en su inmenso amor nos protegió y con su Ángel  nos cuidó, y hoy nos ha traído aquí porque Dios sabe que tú necesitas de salvación, que así como yo como tus todos necesitamos de su perdón.
En este momento quiero hacerte una invitación muy especial, quisieras decirle en tu corazón, señor yo quiero que entres en mi vida.
Quizá este escribiendo para alguien que se apartó del señor, y hoy quieres decirle señor ayúdame a regresar a tus caminos.
Quizá eres un joven una señorita, que desea dejar el mundo y sus malos hábitos para caminar con Cristo hacia el cielo, y esta mañana quieres decirle señor, ayúdame a renunciar este mundo y sus deseos.
Quizá este escribiendo para alguien que ya cometió tantos errores, ya prometió a Dios a muchas veces,  pero siempre falló y hoy estas aquí y quizá en tu corazón lleno de tristeza y vergüenza, no quieres ya pedir nada, en este momento te digo: Dios te conoce, y sabe como te sientes,  acércate confiadamente al trono de su gracia, que él te recibirá y su perdón te dará, porque el te ama.
Yo no sé qué errores haya en tu vida, Qué pecado ocultos haya dentro de ti, no sé, cuán culpable te sientes en este momento. Sólo sé que Dios te ama.
Y si en este momento tu le abres el corazón el entrará y dará un nuevo comienzo, una nueva vida con las nuevas metas, con nuevos horizontes, con nuevas expectativas.
Quisieras que Dios tome el control de tu vida, Quisieras que Dios entre en tu corazón.
Si esa es  tu decisión allí donde estás eleva a Dios una oración y dile: Señor gracias por darme a entender que tú me amas, perdóname por todo lo malo que he hecho ante ti, y ayúdame a vivir como tu quieres y como a ti te agrada, en el nombre de Jesús, amen.
 Que Dios te dé su bendición  abundante mente.

                                                          Caleb Cachay Acuña























2 comentarios:

  1. hola caleb de verdad exelente el tema es un bendicion a veces nos sentimos perdidos pero se que Dios nos ama y este tema me ayudara a acercarme mas a Dios.

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